el sueño te ha vencido y ahora estás dormida entre mis brazos…
y yo te miro y te respiro para hacerte mía, para llevarte dentro…
de mi mente, de mi sangre…
y la lluvia nos observa,
pues los he escondido entre los poros de tu piel…
Mis miedos se han ocultado entre tus manos y tú,
con esa dulzura casi maternal, los echaste a volar…
Mis sueños han nacido de tus labios
y eres tú quien los hace realidad…
Y mientras dormías,
en tus oídos, suspirando,
sembré un deseo:
“No me dejes solo…
y tú nunca lo estarás.”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario