Todo era blanco y negro… cerré mis ojos…
y en mis labios descubrí la miel de tu sonrisa...
y con eso bastó para que volviera el color.
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Cuando se escribe algo, el resultado se convierte en un reflejo del autor... pero no es uno fiel y perfecto como el de un espejo... es mas bien un reflejo que se mueve, que se borra, que pierde forma y se rehace... como el reflejo de la luna en las olas del mar...
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